I PUT SPELL ON YOU

“I put spell on you”, del bluesman y creador del estilo “shock rock”, Jay Hawkins, es una de las grandes canciones de mediados del siglo pasado. Habla de una pareja a la que metafóricamente se pretende hechizar para retener o recuperar. Originalmente era una balada, pero el público demandaba una canción más contundente. La discográfica organizó una gran fiesta con mucho alcohol justo antes de una grabación. El resultado final fue más movido de lo inicialmente esperado, y Jay Hawkins se ganó el apodo de “Screamin”. La canción fue un hit instantáneo, convirtiéndose en uno de temas con más covers de la historia de la música: The Rolling Stones, Creedence Clearwater Revival, Nina Simone, Joe Coker, The Animals y muchísimos más … Me encanta la versión de Marilyn Manson que aparece en la banda sonora de la película de David Lynch, “Lost Higway”:

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Al igual que “Screamin”, dentro del ámbito empresarial debiéramos propiciar un contexto para mantener “hechizados” a nuestros empleados. En este sentido, la motivación se convierte en un factor clave. El saber diferenciar entre los distintos tipos de motivación que tienen los trabajadores, y favorecer una u otra con diferentes políticas de personal, nos ayuda a conseguir un personal motivado. La teoría de la autodeterminación de Edward L. Deci y Richard Ryan distingue entre motivación intrínseca y extrínseca como dos formas de afrontar una actividad, si bien ambas son compatibles. 

La motivación extrínseca responde a razones instrumentales. Es decir, la obtención de recompensas o evitar un castigo. Se estimula desde afuera por medio de incentivos económicos, ascensos o reconocimientos, entre otras recompensas. Una gestión basada exclusivamente en las recompensas extrínsecas difícilmente mejorará la productividad con vocación de continuidad, ni logrará tampoco por si sola la felicidad de los empleados. El trabajador considera sus tareas y responsabilidades como algo ajeno y, por lo tanto, le resultará mucho más costoso llevarlas a cabo. Los estudios muestran que, por lo general, los trabajadores cumplen con lo mínimo para obtener la recompensa.

Podemos hablar de motivación intrínseca cuando se realiza una actividad por el placer o satisfacción que aporta. Su objetivo no es la obtención de resultados. No persigue un fin utilitario, simple y llanamente nace de un deseo de autorealización y crecimiento a nivel personal y/o profesional. En el ámbito empresarial, la motivación intrínseca se vincula con la autodeterminación o autonomía como propiciadores de rendimiento y satisfacción laboral. Suele vincularse con el tipo de actividad que se realiza, y su desempeño es un fin en sí mismo, sin depender de premios o recompensas. Por lo general, se ha observado un mayor rendimiento de los subordinados motivados intrínsecamente. Deci y Ryan consideran que la motivación intrínseca se basa en dos necesidades: la necesidad de competencia y de tener un comportamiento autónomo. Luego, fueron Pelletier y Vallerand quienes relacionaron la motivación intrínseca con el rendimiento y satisfacción laboral. Por lo tanto,  todo factor que afecte positivamente a cualquiera de ellas conseguirán potenciar la motivación intrínseca. Por ejemplo, un estilo de dirección vertical, que suponga un riguroso control jerárquico reducirá la motivación intrínseca, pues merma el sentimiento de autonomía. Las características de la actividad laboral, la satisfacción de necesidades superiores derivadas de ésta o su realización de forma autónoma, por último, ayudan a fomentar la motivación intrínseca. 

Existe, pues, una valoración de la motivación intrínseca al margen del rendimiento objetivo. ¿Entonces, puede prescindirse de la motivación externa?. Hay distintas respuestas a la gran pregunta, y un amplio consenso en afirmar que se debe establecer una estrategia adaptada a cada caso. Entre otros factores, se ha de considerar el tipo de trabajo, el momento de entrega y, en fin, jugar con ambos tipos de motivación para que se refuercen y sean eficaces sin correr el riesgo de que desaparezca la motivación intrínseca.


COLD COLD COLD

Los conocí gracias a Luis, mi hijo, un “Z” de libro. Me sorprendió el comprobar que aún hay bandas multidisciplinares capaces de hacer buena música en continua reinvención. No sé si por inquietud, experimentación, confusión o una mezcla de las tres, tengo la impresión de que no hay dos discos de Cage The Elephant iguales. A medida que se avanza en su discografía, la voz de Matthew Shultz cobra un nuevo protagonismo, más versátil y adaptada al medio, arropada por letras que mejoran disco a disco, escritas con mayor atención y fundamento. Aflora una nueva atmósfera instrumental, más nítida, menos ruidosa. La banda se presenta igual de enérgica, pero más controlada.

En su cuarto disco “Tell Me I’m Pretty” (2015), al más puro estilo Stones o Beatles, la música fluye tema a tema con un adictivo sonido retro con tintes que van desde soul rock al pop psicodélico. “Trouble” forma junto con “Mess Around” y ” Cold Cold Cold ” el trío de ases del vinilo, haciendo un completo resumen de lo que es el disco en todas sus caras. Recordando a The Black Keys o Arctic Monkeys de comienzos de siglo, con golpes de bajo, consiguen elevar a nivel de incónica el desgarrador sólo de ‘Cold Cold Cold’, alegato médico frente al desamor:

Si bien el mal de amores del pobre Matthew tiene difícil cura, el resto de las patologías médicas puede ser tratado de manera preventiva. En este sentido, las empresas debiéramos sopesar el tener una política de salud preventiva que, adicional a la Vigilancia de la Salud, favoreciera acuerdos con seguros médicos privados o médicos de empresa on site a nivel asistencial capaces de interrelacionar con el resto de agentes implicados ( mutua, servicio público de salud, autoridad gubernativa correspondiente … ). Los beneficios de tener una política en este sentido son claros:

Reducción de ausencias

Tanto seguro privado como médico de empresa permiten al trabajador/a una mejor conciliación reduciendo los tiempos de espera de un modelo público asistencial en ocasiones rígido y menos ágil.

Diagnóstico de salud de la empresa

La vigilancia de la salud a los emplead@s permite identificar cuáles son los principales problemas de salud de la empresa, cuáles son sus causas, y cuáles serían las mejores acciones para solucionarlos mediante la realización de programas o estrategias que ayuden a los trabajadores a mejorar su salud.

Prevenir enfermedades o accidentes laborales

Un médico de empresa on site a nivel asistencial podrá interrelacionar con la Mutua analizando y entendiendo mejor las enfermedades o accidentes laborales que ocurren más comúnmente en la empresa y que se están registrando periódicamente, con el objetivo de plantear y proponer actividades o soluciones que ayudarán a evitar que estos problemas crezcan y afecten la productividad, o eliminarlos del todo.

Inversión con retorno

Un diagnóstico precoz que prevenga una enfermedad genera un ahorro importante, evitando el sobrecoste y pérdida de competitividad que genera el absentismo laboral.

Mejora la Imagen

Una política de salud preventiva hará que los emplead@s tengan una perspectiva más positiva de la empresa, sintiéndose más segur@s y valorad@s. Esto no sólo se queda en ell@s, sino que trasciende hasta su núcleo familiar, generando un mayor arraigo y apego hacia la empresa.

Sensibilización

Una política de salud preventiva crea conciencia desde la dirección sobre la importancia de tomar medidas para prevenir enfermedades y problemas a futuro, creando estrategias dirigidas a mejorar el panorama laboral con acciones encaminadas a cuidar al personal.