WORK SONG

Una canción de trabajo suele ser una canción rítmica cantada a capella por aquellas personas que desempeñan tareas físicas y repetitivas. Probablemente, el origen de estas canciones fue reducir lo tedioso de dichas tareas. Asimismo, el ritmo de estas canciones servía para sincronizar el movimiento físico de las personas que realizaban los trabajos. Me encanta la canción “Work Song” de Hozier. Es una canción de amor y añoranza. Describe la imagen de un hombre que está trabajando duro en un entorno difícil, pero cuyos pensamientos se vuelven continuamente hacia su amada. Habla de una pasión tan fuerte que trasciende cualquier obstáculo físico o emocional, un amor que lo abarca todo en el que el hombre puede confiar sin importar las circunstancias.

La letra de este tipo de canciones solía improvisarse, lo que permitía a los trabajadores hablar de ciertos temas como el escapar de la esclavitud (caso de los esclavos estadounidenses) o quejarse acerca del capitán de un barco y las condiciones de trabajo (caso de los marineros). Es por ello que, las canciones de trabajo, al crear un sentimiento de unión entre los trabajadores, son consideradas como las precursoras del movimiento sindical actual.

El 1 de mayo se conmemora el Día Internacional del Trabajo o Día del Trabajador. No obstante, el 1 de mayo no se celebra en todo el mundo. Estados Unidos o Canadá conmemoran esta fecha el primer lunes de septiembre. Históricamente se decidió así para desvincular esta fecha del movimiento obrero y así evitar el arraigo del comunismo en esos países. Paradójicamente, para conocer el origen del Día del Trabajador hay que remontarse a los movimientos sindicales en Estados Unidos de finales del siglo XIX, concretamente al año 1886. Por aquel entonces, los trabajadores estadounidenses padecían jornadas laborales de casi 16 horas diarias en las fábricas. De hecho, hasta el momento, la única limitación que había en algunos estados era la prohibición de no hacer trabajar a una persona más de 18 horas seguidas sin causa justificada. La multa por hacerlo tan solo ascendía a 25 dólares. Ante esta situación, la Federación Americana del Trabajo, el sindicato con más fuerza en el momento, decidió que a partir del 1 de mayo de 1886 la jornada laboral máxima sería de ocho horas y amenazó a la patronal con celebrar una serie de huelgas y protestas en caso de que los empresarios no cumplieran con la ley. Bajo el lema “ocho horas de trabajo, ocho horas de ocio y ocho horas de descanso”, los trabajadores tuvieron que iniciar numerosos paros y huelgas, ya que muchas empresas hicieron caso omiso a la obligatoriedad de la jornada de ocho horas. Para conseguir que se cumplieran los derechos reclamados, Estados Unidos vivió cuatro duros días de protestas y cargas policiales, siendo la ciudad de Chicago el epicentro de las manifestaciones obreras. El movimiento, que fue liderado por Albert Pearsons, junto a más de 80 mil personas, desencadenó violentos y sangrientos enfrentamientos entre los trabajadores y los agentes de Policía. Finalmente, el 4 de mayo, se convocó una concentración en la plaza de Haymarket, donde estalló un artefacto explosivo que acabó con la vida de un policía. Las autoridades, que responsabilizaron del crimen a los trabajadores, detuvieron a más de 30 personas por sus ideas radicales, de las cuales tres fueron condenadas a prisión y cinco a la horca, haciéndose conocidos mundialmente como “Los mártires de Chicago”. En 1889, tres años después de los hechos, el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional declaró el 1 de mayo como el Día Internacional de los Trabajadores para honrar la lucha por la jornada de ocho horas en el resto de países y, al mismo tiempo, recordar a ‘”Los mártires de Chicago”.

Casi siglo y medio después de la bomba de Haymarket, y en un mundo en el que una inteligencia artifical puede cantar por nosotros, luchar contra la dinámica de la cuarta revolución industrial en el trabajo conlleva disponer de un tiempo en fase de descuento. Se hace imprescindible una modernización del trabajo sindical. Es claro que las relaciones laborales cambiarán en muchos aspectos y la manera de enfrentarlos debe ser con actitud abierta a modelos innovadores. Podrá salvarse alguna escaramuza inicial forzando la ajenidad laboral de un algoritmo, pero en el mediano plazo, terminará por imponerse la robotización, las nuevas plataformas profesionales y las tendencias innovadoras en el trabajo. En este sentido, hay dos visiones sobre el futuro del mundo laboral y las consecuencias de la inteligencia artificial, y más aún, de la relación entre la tecnología de la información, automatización y la biotecnología: una optimista, que cree que la tendencia será como en las otras revoluciones industriales, los empleos destruidos serán reemplazados por otros nuevos y en mayor proporción debido al crecimiento generado. Otra pesimista, que considera que habrá un duro periodo de ajuste y de crisis social, derivado de la pérdida de puestos de trabajo al ser reemplazados por robots y máquinas. En uno y otro escenario el imperativo es capacitación: educación, innovación, reinventarse, analizar en donde están las nuevas oportunidades y cuáles serán las demandas de preparación para ocupar esos espacios. Así, podemos empezar a ver este futuro como oportunidad y no como amenaza, pero se requiere un cambio drástico de la mentalidad y la nueva visión del mundo del trabajo. Es aquí donde surge una interesante oportunidad para las organizaciones sindicales. No es desconocido, para nadie, que estas han perdido fuerza y que tratar de luchar por mantener un statu quo, cuando el entorno cambia dentro de una dinámica arrolladora, en las formas de trabajo y el mercado laboral, no es el camino. El reto para estas estructuras sociales es ser proactivos y dar un giro a su forma de pensar, a su cultura de trabajo para liderar las propuestas y las investigaciones orientadas a definir novedosos esquemas de entrenamiento, educación y capacitación, así como buscar mecanismos de trabajo coordinado con empresarios, universidades, instituciones educativas y gobierno, algunos de los cuales ya existen o están planteados, para diseñar las nuevas carreras, la formación que permita disponer de herramientas complementarias que hagan de los trabajadores técnicos y profesionales, personas con aptitudes multidisciplinarias y criterios de toma de decisiones, de forma que su trabajo no pueda ser fácilmente reemplazado por máquinas o algoritmos.

LIAR

“Never Mind the Bollocks”​ es el primer y único álbum de estudio de la banda británica de punk Sex Pistols. El álbum y la irreverencia del grupo tienen su explicación, no sólo en el contexto socio político de la Inglaterra de mediados de los años 70, sino también por el hartazgo respecto de la coetánea psicodelia musical. La crisis económica del país llevó al alza el desempleo y la proliferación de huelgas y protestas. Por su parte, la banda, cansada del “hipismo” de la época, buscaba que la música rock volviera a sus raíces rudas. El disco es considerado uno de los más escandalosos de la historia de la música. Su publicación generó controversia desde el inicio, comenzando por la inclusión de la palabra “Bollocks” en el título ( cojones ). El disco está repleto de canciones icónicas. De entre todas ellas, destaca una que, a pesar de pasar desapercibida para público y crítica, tuvo un gran significado para la banda: “Liar” ( mentiroso ). La letra es una crítica brutal a su primer mánager, Malcolm McClaren. En la canción, le acusan de avaricia e incompetencia. “Éramos unos jóvenes idiotas desventurados que no estábamos preparados para el mundo de la codicia y la edad adulta al que nos arrojaron tan rápidamente”, declaró el cantante John Lydon a Rolling Stone:

Sin querer excusar a Mr. McClaren, lo cierto es que, aunque nos cueste reconocerlo, todos mentimos. Ya sea para quedar bien o para evitar las consecuencia de algo que hemos hecho. Existen todo tipo de mentiras: mentiras descaradas, mentiras sutiles, mentiras que persiguen el beneficio personal pero no quieren dañar, o mentiras que sí esconden el interés de perjudicar a otra persona. Estadísticamente, los hombres mienten el doble que las mujeres, pero las mujeres mienten en cuestiones más relevantes. Por su parte, cuánto más mayores nos hacemos, más sinceros nos volvemos.

A nivel de recursos humanos, tolerar personas mentirosas en la oficina puede ser un importante freno para la productividad de una empresa. La gestión del equipo y el buen ambiente en la oficina es un aspecto fundamental para poder hacer crecer un negocio. En este contexto, las personas mentirosas son perfiles nocivos que pueden provocar graves problemas en el medio plazo a la viabilidad de una organización. Estos son algunos trucos para detectar personas mentirosas en el trabajo:

La regla de oro: busca inconsistencias en el comportamiento

Cada persona tiene unos rasgos de comportamiento inconscientes más o menos fijos. Mientras una persona sea coherente en cuanto a su comportamiento, eso significa que se siente segura, y que por lo tanto, no miente o pretende engañar. Cuando alguien quiere mentir, es consciente del riesgo que toma, y eso provoca que deje de comportarse de forma automática y segura. Es entonces cuando empiezan las inconsistencias. Alguien que siempre sonríe, por ejemplo, de repente se pondrá serio. Tu compañero de trabajo, que jamás se rasca la espalda, de repente empieza a rascarse. Y al revés: si alguien siempre se rasca, y deja de hacerlo, es que algo raro pasa. En cualquier caso, no busques una sola inconsistencia. Volviendo al ejemplo de rascarse la espalda; tu compañero de trabajo quizás tiene una reacción alérgica. Una sola señal no indica que haya una mentira. Ahora bien, cinco, seis, siete… inconsistencias en una sola conversación apuntan a que algo raro está pasando. En este sentido, una persona mentirosa, aparenta estar tranquila, incluso cuando no toca. Las personas mentirosas intentan camuflar sus historias o falsas excusas bajo una apariencia de tranquilidad. Se trata de una característica muy habitual, pero que no casa con la reacción natural que cualquier otro pudiera tener. “Una persona a la que se acusa injustamente de algo no va a estar tranquila y confiada: va a estar alterada”.

Señales en la cara

  • Ojos inquietos o huidizos. “Si los ojos de alguien te rehúyen o miran hacia las esquinas y los rincones, es que hay miedo a darte una respuesta sincera”.
  • Labios que desaparecen. “Cuando alguien esconde sus labios hacia dentro de forma que casi no se ven, suele indicar que se están reprimiendo emociones, hechos y verdades”. También puede significar incomodidad ante el tema que se está tratando. Recuerda el contexto y no aferrarte a una sola pista.
  • “¿Estás bien?, parece que has visto un fantasma”. Si has visto muchas pelis de terror, seguro que conoces esa expresión y el rostro que la provoca. Si una persona pone cara de espanto, es que le has hecho una pregunta que está desestabilizando su discurso.
  • Pestañeos ansiosos: “Una persona normalmente pestañea unas 5 o 6 veces por minuto, o un pestañeo cada 10 o 12 segundos”. Si de repente este número de pestañeos por minuto se incrementa, significa que la persona se ha puesto nerviosa por algo.
  • Sonrisa de cocodrilo. “Cuando alguien finge una emoción, esta no abarca toda la cara. La sonrisa no incluye la parte superior de la cara, sino la inferior”. Así, fijarte si el resto de facciones de la cara comunican la misma expresión puede ser un buen indicador para detectar a las personas mentirosas. Huye cuando un cocodrilo te “sonríe”: te está enseñando la mandíbula para atacar. Lo mismo OCURRE con los humanos. Una sonrisa sincera suele crear arrugas en los ojos y en las comisuras de los labios. Si alguien te sonríe, pero no hay arrugas por ningún lado, se trata de un gesto forzado, posiblemente para intentar convencerte de la mentira que te acaba de contar. Rubor. Un sonrojo en la cara (sobre todo en mejillas y en nariz) es una reacción involuntaria del sistema nervioso simpático (el que calibra cuando debes huir de una situación de peligro) y un indicador de descarga de adrenalina. Si un amigo de repente se sonroja un montón durante una conversación aparentemente tranquila, es que se siente en peligro porque puede ser que descubras su mentira.
  • Negación inconsciente. Si una persona niega con la cabeza al mismo tiempo que te está contando una historia, es que inconscientemente negando que dicha historia haya ocurrido de esa forma.
  • Busca microexpresiones. El rostro suele “romperse” temporalmente cuando el mentiroso trata de esconder una verdad o un hecho. Estos quiebros en la cara son microexpresiones y se forman por movimientos de los músculos, que intentan mostrar la auténtica emoción. Cuando el mentiroso fracasa en contener dicha emoción, esta asoma en forma de un breve gesto discordante (por ejemplo, una mueca de dolor temporal).
  • Sudor a mares: Un clásico que seguro que conoces aunque sea inconscientemente. El ser humano suda cuando se siente estresado. Así que si la cara de tu conocido empieza a sudar sin motivo aparente, es que algo esconde.

Señales en las manos

  • Tapar ojos o boca.  La gente de forma inconsciente busca esconde o tapar su mentira literalmente: se cubren las bocas o los ojos como para impedir que la verdad salga a la luz.
  • Un dedo que acusa o que intenta distraer. Si alguien de repente apunta con el dedo (o con las manos, o con palabras) a un elemento externo a la conversación, es que intenta distraerte o bien acusar a otra persona. Sobre todo fíjate en cómo se señala: si notas agresión, es que algo va mal.
  • Frotamiento nervioso de dedos. Si tu amistad empieza a frotar los dedos o sus manos tiemblan, eso se debe a que, debido a la ansiedad, la sangre se ha retirado de sus extremidades. Inconscientemente, este frotamiento intenta restaurar el riego sanguíneo.
  • Rascar piel, cuerpo, cara… Es otro clásico. Rascarse de repente puede indicar mentira. Hay una razón: la nariz, la espalda… se dilata debido a acumulación de sangre cuando se está nervioso. Se produce un picor y una necesidad imperiosa de aliviarlo. A modo de anécdota, esta hinchazón puede hacer crecer mínimamente la nariz. Esto significa que el cuento de Pinocho está mejor documentado de lo que creías.

Señales en la voz

  • Discurso acelerado. Si por norma general alguien que conoces habla de forma pausada y sosegada, y de repente en una conversación empieza a comunicarse el doble de rápido, es posible que esté mintiendo y el hecho de mentir le esté causando ansiedad.
  • Tono irregular. Más allá de la velocidad del discurso, hay que prestar atención a irregularidades en el tono. Si una persona normalmente habla de forma grave y cierta respuesta te la ha dado con tono agudo, puede haber una mentira oculta.
  • Los pronombres. Las personas mentirosas a menudo sienten vergüenza por las historias que están contando, e intentan alejarse de las mismas. En este sentido, no suelen emplear pronombres personales en primera persona, y tienden a utilizar la segunda y la tercera.

Señales en las palabras

  • Muchas palabras o frases que incluyen conceptos como la verdad o la honestidad. “Para serte sincero”, “deja que te cuente la verdad”…  es una señal de que esa persona está realizando un esfuerzo sospechosamente consciente y forzado para sonar sincera. Cuando se es honesto de forma natural, esta repetición de palabras o expresiones no surge.
  • Donde dije “digo” digo “Diego”. Si la persona sospechosa se contradice y cambia el transcurso de su historia cada dos por tres, es posible que está improvisando una mentira. Por ejemplo: “Y entonces me despidieron y… no, espera, lo que quiero decir es que dimití y entonces…”.
  • Muchas interjecciones como “ehhhh”, “hmmmmm”.  Esta pista está muy vinculada a la de arriba. Las mentiras suelen improvisarse en el momento. La persona deshonesta intentará ganar tiempo mientras hilvana la mentira con interjecciones que llenen los silencios incómodos.
  • Repetir preguntas antes de responderlas. Es otra forma de ganar tiempo, sobre todo si pregunta ha sorprendido al mentiroso.
  • Escasez abrumadora de detalles o, por el contrario, dar más explicaciones de las normales. “Una persona que está inventando una historia va a terminar después de llegar al hecho principal. No va a continuar porque, en su mente, eso es lo que tienen que venderte, pero, en un relato honesto, la persona va a seguir una secuela emocional”. Si alguien te está contando una historia o una anécdota de una forma muy ambigua, y, cuando preguntas por más detalles, estos nunca llegan para aclarar tus dudas, posiblemente todo sea una invención trola. Por otro lado, cuando los mentirosos ponen excusas, suelen dar más explicaciones de las normales. Es decir, desarrollan más sus historias de lo que lo harías tú o cualquier otro, aportando más detalles que, en muchas ocasiones, son irrelevantes. Si es el caso, podrías estar ante una persona que te está mintiendo por algún motivo.

En cualquier caso, si pillas a alguien mintiendo, sé amable. Las personas mentirosas no suelen reaccionar bien cuando se les pilla en un renuncio. Por el contrario, ser amable suele ser una solución más efectiva para que terminen confesando.