TOXICITY

En septiembre de 2001, el grupo estadounidense SYSTEM OF A DOWN (SOAD) lanza al mercado su segundo trabajo “Toxicity”, considerado por muchos como el mejor de la banda. La canción que da nombre al disco, es considerada como una de las más populares del grupo y una de las mejores de la historia del metal. La letra de “Toxicity” fue escrita por el cantante Serj Tankian. La canción  “Toxicity” se caracteriza por contener unas de las letras más complejas de la historia de la música, con un mensaje codificado digno de análisis. Durante la grabación, Rick Rubin, el productor del disco, les dijo a los miembros de la banda: “No sé qué significa, pero sé cómo me hace sentir. Es como muchas de las canciones de Neil Young que no necesariamente tienen sentido, pero te dan un sentimiento de que algo ocurre. Esto lo hace. Y va desde la locura del verso hasta la tristeza épica del coro. Es muy raro. Y escuchen cuánta armonía hay. Armonía vocal. Nadie tiene armonía vocal”. Si atendemos exclusivamente a la letra, la canción nos advierte sobre la toxicidad de la vida moderna y sugiere que nos está alejando de una vida significativa y una verdadera conexión con los demás. Nos llama a liberarnos del caos y buscar una vida más significativa. No obstante, años después, durante su actuación en el Download Festival de 2005, Daron Malakian, guitarra y compositor, aclaró el misterio. La canción trata sobre el Trastorno por Déficit de Atención (TDA/H).

El TDA/H es una afección del desarrollo neurológico que afecta la estructura cerebral y la neurotransmisión: la forma en que los mensajes se comunican alrededor del cerebro y se activan diferentes áreas del cerebro. Se cree que el TDA/H es causado por una mezcla compleja de factores ambientales y genéticos, pero es una condición fuertemente hereditaria. El TDA/H está presente desde la infancia, pero un número cada vez mayor de adultos se diagnostica con TDAH por primera vez, ya que se les ignoró cuando eran más jóvenes y la condición no se entendía tan bien como ahora. El TDA/H tiene tres síntomas principales que afectan (o no) en diferentes grados a las personas: Inatención, Impulsividad, y no siempre, Hiperactividad. Se calcula que alrededor del 2,5 al 4% de la población adulta puede tener TDA/H. Estas incluyen dificultades sensoriales, dislexia, dispraxia, tics y trastorno del espectro autista. Algunas personas también desarrollan problemas de salud mental, como ansiedad y depresión. El TDA/H es una condición genética de por vida y no tiene “cura”, pero se puede administrar con éxito. Muchas personas con TDA/H encuentran mejoras en sus síntomas con medicamentos (estimulantes), pero el mayor beneficio es una terapia cognitivo-conductual, así como la educación sobre su cuerpo, comida rica en aminoácidos, meditación, respiración y mindfullnes. Permitir auriculares con música o ruido ambiental favorece su concentración.

¿Qué empresa no querría tener en sus filas a Steve Jobs, Bill Gates, Henry Ford, Richard Branson, Elon Musk, Forbes, Da Vinci o Einstein?. Todos ellos se destacaron por “pensar fuera de la caja” y cambiar su época. También tienen otro punto en común: sufrían de Trastorno de Déficit Atencional con (o sin) Hiperactividad, (TDA/H). Las personas con TDA/H se caracterizan entre otros, por tener una habilidad para “enfocarse 100%” en tareas y temas que les interesan, con una predisposición innata a asumir riesgos y con una mayor espontaneidad y flexibilidad. Son el compañer@ ideal en situación de transformación y/o crisis, con ideas creativas y pensamiento “fuera de la caja”, una energía implacable, a menudo optimistas ( pero sin saber transmitirlo), mucha motivación, de plazos cortos ( trabajan en sprints en lugar de maratones), y normalmente con “ojo clínico” para detalles importantes. En este sentido, en un mundo que la creatividad es lo único que la IA no va a poder replicar, tenemos que preguntarnos si estamos preparados para integrar en nuestras organizaciones a personas que desafían el modelo tradicional de orden-respuesta y que, al resolver problemas de manera tan distinta, normalmente son considerados una amenaza.

En plena guerra por un talento único y especial que asegure a la empresa una ventaja competitiva en el mercado, debemos tener claro qué contexto laboral se adapta mejor a las personas con TDA/H: tendrá mayor rendimiento que la media con un hiperfoco 100%, con oportunidades de movimiento, estimulación-reacción, y retroalimentación regular. Una jornada de trabajo estructurada, con largos periodos trabajando en aislamiento, con tareas monótonas y repetitivas, que exijan altos niveles de concentración, harán que su enfoque sea mucho más difícil. En aras de eficientar el rendimiento de las personas con TDA/H, debiéramos acordar  una “ventana de tiempo” de inicio y finalización de la jornada laboral, favorecer la delegación de aspectos no básicos del trabajo ( papeleo/hojas de asistencia, etc), adecuar su entorno de trabajo ( gráficos de pared, trabajo por metas, pantallas de ordenador más grandes … ), reducir sus distracciones ( auriculares con música, ruido ambiental, o tapones para los oídos … ), y darle feedback continuo ( diaria o semanal, con reuniones de progreso, actas escritas … ).

Whatever

Desde que tengo uso de razón me ha encantado la música. Siempre he creido que la razón era haber compartido cuarto con un melómano clon de Jeff Bridges en “El Gran Lebowski”. La verdad es que mi madre nos puso a todos mis herman@s un instrumento en las manos muy pronto, y recuerdo que la colección de vinilos de mi “aita” era interminable. Al ser familia numerosa, parecíamos la familia Von Trapp en “The Sound of Music”. Pasé ocho años de mi vida en el conservartorio y cuatro en una coral. Aprendí a tocar el violonchelo mucho antes que Leonard Hofstadter o Miércoles Adams. Durante mi infancia, fui doblemente bajo, de altura y de tono de voz. Cantaba con los mayores, parecía Brad Roberts de Crash Test Dummies cantando “Mmm Mmm Mmm Mmm”. Al empezar a tocar el violonchelo como bajo continuo, pasé a ser triplemente bajo. Con el bajo eléctrico, cuadré el círculo. Lo que es, es. No hay alza que lo dulcifique.

Si hay una canción que sirvió de puente entre lo que era y lo que empezaba a gustarme fue Whatever de Oasis. Cuando la escuché por primera vez me estremecí. Tened en cuenta que, por aquel entonces (1994), aún tenía prejuicios musicales contra al rock sinfónico de Queen o similar. Hasta el MTV Unplugged in New York de Nirvana, los “grunge” no tocaban el violonchelo, sino sólo el bajo eléctrico. Simplemente, me encantó. Para aquell@s que aún no conozcáis la canción, “Whatever” fue lanzado como sencillo después del primer trabajo de Oasis, Definitely Maybe. La canción destaca por la incorporación de una orquesta de cámara, lo que provoca su no inclusión en el disco. Cuando se graba por primera vez la banda aún no podía contratar una orquesta …

Tengo que reconocer que como Responsable de Recursos Humanos miro con otros ojos un Curriculum que tenga estudios musicales ( también que prectique o haya prácticado algún deporte, pero eso lo trataremos en otro post ). Se dice que Albert Einstein comenzó a tocar el violín a los 6 años y para la edad de 13 tocaba sonatas de Mozart. También se cree que el simplemente escuchar música clásica estimula el cerebro, aumentando así el coeficiente intelectual. ¿Existe realmente una relación entre el entrenamiento musical y la inteligencia?

¿ESCUCHAR MÚSICA NOS HACE MÁS INTELIGENTES?

Como mencionamos, se cree que simplemente escuchar música clásica mejora el coeficiente, particularmente en los niños. El “efecto Mozart” es un concepto que ganó notoriedad gracias a un estudio con estudiantes universitarios realizado en 1993. El grupo que escuchó una sonata de Mozart por 10 minutos mostró un aumento de 8-9 puntos en los resultados de un examen de coeficiente intelectual. Así, esta idea se popularizó, a pesar de que no se pudieron replicar los resultados (McDonald, 2018).

LA MÚSICA Y LA CAPACIDAD DE PROCESAR INFORMACIÓN

El mismo equipo llevo su investigación a los efectos del aprendizaje de un instrumento. Para esto, se condujo un experimento entre niños en edad preescolar, entre 3-5 años, quienes tomaron clases de piano por 6 meses. Los resultados fueron positivos; este grupo mostró una mejoría del 30% en exámenes de percepción espacio-temporal. Éste se refiere a la capacidad para distinguir y analizar información facilitando así la toma decisiones correctas en cuanto al cálculo del espacio y el tiempo.

La investigadora Frances Rauscher, quien condujo el experimento, afirma que la comprensión en áreas como las matemáticas depende de la percepción espacio-temporal y ésta puede mejorar con la música, a pesar de que la evidencia es limitada (McDonald, 2018). Aun se desconocen los efectos a largo plazo, pues estos fueron observados únicamente 24 horas después de descontinuar el entrenamiento musical.

LA MÚSICA Y LAS HABILIDADES COGNITIVAS Y LA FUNCIÓN EJECUTIVA

A pesar de lo ambiguo de los resultados de este estudio, existe evidencia de una mejora en las habilidades cognitivas (Bergland, 2014). Asimismo, se presenta un efecto positivo en la función ejecutiva, misma permite “al individuo procesar información rápidamente y retenerla, regular su comportamiento, tomar mejores decisiones, resolver problemas, planear y ajustar la mente a tareas distintas” (Rampton, 2017). Es por eso que, al mejorar la función ejecutiva, aprender un instrumento nos ayuda a reaccionar de manera más inteligente.

De igual forma, el entrenamiento musical literalmente entrena al cerebro a realizar múltiples tareas simultáneamente: “[El] entrenamiento musical activa áreas específicas de la corteza prefrontal al cambiar y realizar distintas tareas mentales a la vez (Bergland, 2014). Este efecto se debe a que partes del cerebro asociadas con la función ejecutiva son estimuladas por la música, como el área motora suplementaria, el área motora presuplementaria y la corteza prefrontal ventrolateral derecha. Además, otras regiones del cerebro que no son comúnmente relacionadas directamente a la función ejecutiva (como la ínsula y cerebelum) también se activan como respuesta a la música (Bergland, 2014).

HABILIDADES DEL LENGUAJE

La formación musical puede facilitar el aprendizaje de idiomas (Alleyne, 2009). Áreas primitivas del cerebro relacionadas con el lenguaje son activadas por el entrenamiento musical (Bergland, 2014). Además, los músicos tienen una habilidad mejorada para integrar información sensorial, que incluye la auditiva, que es indispensable para aprender otros idiomas.

La música también mejora otras habilidades del lenguaje en la lengua nativa, como la memoria verbal: “En 2011 un estudio desarrollado por la Dr. Sylvain Moreno y colegas encontraron que 90% de los niños que recibieron entrenamiento musical por más de 20 días mejoraron su inteligencia verbal” (McDonald, 2018). Ésta se refiere a la capacidad de usar las palabras de manera efectiva, en forma oral o escrita.

De igual forma, la música y la lectura están relacionadas a través de mecanismos comunes neuronales y cognitivos, de acuerdo a un estudio conducido por la Universidad de Northwestern; así que al fortalecer estas regiones del cerebro por la música, automáticamente se mejora la habilidad de comprensión de la lectura (Rampton, 2017).

¿CÓMO SE BENEFICIAN LOS NIÑOS DE LA FUNCIÓN EJECUTIVA?

La función ejecutiva que mencionamos es crucial en el rendimiento académico, aun más que el coeficiente intelectual, afirma la doctora Nadine Gaab de los laboratorios de neurociencia cognitiva en el hospital infantil de Boston. Es por eso que la educación musical tiene implicaciones en el rendimiento escolar. Gaab agregó que “los resultados sugieren que el entrenamiento musical puede ayudar a preparar a los niños para un mejor futuro académico (Bergland, 2014).

Cabe mencionar que la edad en que esta formación musical inicia afecta la anatomía del cerebro en la edad adulta; además, empezar el entrenamiento antes de la edad de 7 muestra el mayor impacto (Bergland, 2014). De hecho, estudios han demostrado que el cambio anatómico en el cerebro de un músico es proporcional con la edad en que inició su educación musical (Rampton, 2017).

CAMBIOS EN EL CEREBRO DEL MÚSICO

En si, la formación musical afecta la estructura del cerebro como tal. Aprender a tocar un instrumento aumenta el volumen de materia gris en varias regiones del cerebro; también refuerza las conexiones neuronales entre ellas. De acuerdo a estudios, los niños que reciben entrenamiento musical por más de 14 meses muestran mayores cambios estructurales y funcionales en el cerebro.

De igual forma, a través de exámenes al cerebro, se identificaron diferencias importantes en la estructura del cerebro de músicos y no músicos. El cuerpo calloso, un conjunto masivo de fibras nerviosas que conectan dos áreas del cerebro, es más grande en los músicos. Estas fibras se comunican con el fin de que ambos lados del cerebro trabajen de forma conjunta y complementaria. Además, otras regiones que se relacionan con el movimiento, la audición y habilidades visoespaciales se distinguen por ser más grandes en músicos, particularmente en pianistas (Rampton, 2017). Éstas se refieren a la capacidad para representar, analizar y manipular objetos mentalmente.

TIEMPO DE REACCIÓN Y MENTE ALERTA

El tiempo de reacción se hace más lento cuando envejecemos. La música ayuda a retrasar estos efectos en el cerebro: “Entre más sabemos del impacto de la música en los procesos básicos sensoriales, más podemos aplicar entrenamiento musical a individuos quienes podrían tener tiempos de reacción más lentos”, dijo el investigador Simon Landry. No solo eso, los músicos tienen a estar más alerta mentalmente, de acuerdo a un estudio de la Universidad de Montreal (Rampton, 2017).

UN ALEADO EN CONTRA DE LAS ENFERMEDADES DEL CEREBRO

El entrenamiento musical ayuda a contrarrestar los efectos de diversas enfermedades del cerebrofrecuentemente asociadas con la capacidad intelectual y/o el aprovechamiento académico. Niños con dislexia se benefician de la música para mejorar procesos del lenguaje.

También, la música protege al cerebro de enfermedades degenerativas como la demencia. En pacientes con derrames cerebrales, la música ayuda al cerebro a recuperarse. Finalmente, combate los efectos de la sordera relacionada con la edad (Rampton, 2017).

GOD SAVE THE QUEEN

Desde que subiera al trono a mediados del siglo pasado, la Reina Isabel II de Inglaterra mantuvo una relación de amor odio con el mundo del rock. Todo empieza con la condecoración de los Beatles con la Orden del Imperio Británico en 1965. Desafortunadamente, al “ocurrente” John Lennon no se le ocurrió decir otra cosa que “creía que había que saber conducir un tanque para recibir algo así”, comentario que desató las iras de los militares que habían recibido anteriormente dicha distinción. Con los años también han acabando hincando la rodilla ante ella, entro otros, Elton John, Mercury, Jagger, Sting o Bono. Pero en paralelo, muchos otros, como los Sex Pistols o The Smiths, la convirtieron en diana de sus dardos más envenenados. Los Sex Pistols publican “God save the Queen” en 1977, arremetiendo con furia contra el “status quo” británico representado por la monarquía. The Smiths, en “The Queen is Dead’, fantasean con la muerte de la reina, a la que imaginan ahogada en su propia soledad. Pero por lo general, la reina Isabel ha contado con las simpatías de gran parte de la nobleza del rock británico. La gran mayoría de músicos que pintaban algo en los 80 participaron en los conciertos benéficos del “Prince’s Trust” del príncipe Carlos. Por su parte, Queen solía concluir sus conciertos con su adaptación del himno patriótico “God save the Queen”. En este sentido, en la última gira de la banda Freddie Mercury terminaba el show ataviado con la corona y capa reales, en un gesto más respetuoso que paródico.

A estas alturas, es indudable que, tanto para detractores como defensores de la monarquía, la Reina Isabel II de Inglaterra, aún vacia de poder, y tras setenta años en el trono, ha sido una de las grandes pioneras del liderazgo femenino a nivel mundial. Curiosamente, en una sociedad aparentemente tan conservadora como la británica, la figura de la Reina ha ayudado a normalizar de manera anticipada una realidad que en otros paises ha tardado o está costando más en llegar.

Lo que es indudable es que, habida cuenta de las estadísticas actuales, las empresas siguen teniendo un debe en este sentido. En este contexto, la pregunta es obvia: ¿Cómo podemos fomentar el liderazgo femenino dentro de las empresas?. Con la finalidad de poder fomentar el liderazgo femenino en tu compañía, hay al menos cinco ideas que puedes llevar a la práctica:

  1. Desarrolla una cultura de empresa, amigable para las mujeres y diversidades. Históricamente, las mujeres enfrentan desafíos diarios que sus pares varones no. Por ejemplo, según un estudio de la Universidad George Washington citado por la revista Forbes, las mujeres son interrumpidas por hombres un 33% más. Esto atenta contra la confianza al momento de expresar ideas o simplemente, debatir en grupos mixtos. Trabajar en pos de espacios donde todos puedan tener margen para comunicarse, es vital para incentivar el liderazgo.
  2. Apuesta en políticas de empresa que fomenten la paridad. La Ley de Igualdad nos obliga a lo obvio. Debemos iniciar procesos de reclutamiento, que eviten el prejuicio de género. Esto puede significar prescindir de solicitar el CV con foto o redactar anuncios de búsqueda en tono neutro o inclusivo.
  3. Estimula los planes de carrera. Además de brindar retribuciones salariales equitativas entre ambos géneros, es una buena iniciativa la de confiar en planes de carrera que puedan aportar a disminuir la tasa de rotación de tu empresa y a cultivar el talento femenino en tu organización.
  4. Invierte en mentorías. Se trata de liderar con el ejemplo. A menudo el gran problema de la falta de representatividad de mujeres en roles de poder, es la falta de modelos a seguir. Si en tu empresa ya hay mujeres en posiciones de supervisión, estas pueden brindar sesiones personalizadas para inspirar y empoderar a otras a que sigan sus pasos y aprendan de sus errores.
  5. Crea “espacios seguros.” Es imposible hablar de liderazgo femenino y mujeres en el trabajo sin mencionar las situaciones de acoso y violencia que pueden darse a menudo y atentar contra el bienestar laboral. Este es uno de los grandes desafíos pendientes aun hoy en día y, por eso, es vital apostar en políticas de empresa que tengan tolerancia cero a cualquier tipo de situación de agresión o micro agresión hacia ninguno de sus miembros.

En cualquier caso, la representatividad igualitaria en las empresas no sucederá de la noche a la mañana. Para que esto ocurra, debemos poner énfasis en políticas explícitas que sean creadas en este sentido, con el fin último de lograr desarrollar y conservar un liderazgo femenino que haga la diferencia y contribuya a alcanzar objetivos de empresa.

THE LOST ART OF KEEPING A SECRET

Recuerdo con ternura la época en que comprar discos compactos aún no estaba mal visto. Podías pasar las madrugadas viendo videos en MTV. Sin futuro, desconfiar era algo normal, y todo lo prohibido se volvía atractivo. La múscia era tu refugio. Muchas canciones atractivas, pero tan sólo unas pocas especiales. Durante la transición de siglo, un novato conjunto surgido en el árido desierto de California, Queens of the Stone Age, preparaba su segundo álbum: Rated R. No importaba la dificultad de entender una pronunciación rótica, al escuchar “The Lost Art of Keeping a Secret” de Queens of the Stone Age descubrías que las guitarras, bajos y baterías eran lo tuyo.

“The Lost Art of Keeping a Secret” habla de no revelar un secreto. En las empresas, normalmente es la dirección quién con mayor frecuencia tienen acceso a material confidencial. En consecuencia, sus contratos suelen incorporar cláusulas de confidencialidad cuyos efectos no terminan si se extingue la relación contractual. No obstante, los directivos no son los únicos que manejan información sensible para las compañías. Los mandos intermedios también suelen tener acceso a la misma. En este sentido, es conveniente restringir el acceso a esa información al mínimo indispensable. Solo debiéramos poder acceder a los datos confidenciales clave necesarios para poder desarrollar nuestras funciones, controlando su acceso con un registro exhaustivo de trazabilidad.

En cualquier caso, la obligación de discreción no debiera ceñirse exclusivamente al material confidencial de una empresa. Las indiscreciones en el trabajo arruinan nuestra credibilidad. El gran peligro de las indiscreciones es que generan desconfianza. Errar en esto es un camino directo al descrédito. Ser incapaz de guardar un secreto, sucumbir a la vanidad y hacer un mal uso de una información que no debería ser pública, presumir absurdamente de tener poder y contactos en la oficina … son indiscreciones que pueden condenarnos profesionalmente y arruinar nuestra carrera.

Cuanto más asciendes, más información gestionas. La discreción es una de las habilidades necesarias si uno quiere crecer profesionalmente. Demuestra lealtad. Sorprende que ya no se incluye dentro de los perfiles de competenciales. Se trata de algo tan básico que se da por supuesto. No obstante, la indiscreción se sigue produciendo, resultando muy tentadora, más aún con la presencia sugerente de las redes sociales.

Una de las razones por las que solemos ser profesionalmente indiscretos es cuando queremos generar la falsa sensación de relacionarnos con quién maneja los hilos dentro de la organización. Este tipo de indiscreción suele ser letal en ausencia de información corporativa en un momento de crisis o cuando se quiere influir en los demás con datos reales o fake news internas. Las fuentes fiables dejan de ser los portavoces de la empresa para pasar a quienes saben manipular o influir desde cualquier nivel de la organización, o incluso fuera de ella. Otro tipo de indiscreción es la que muestra las debilidades de un jefe, un compañero o de la propia empresa. Quién las comete es una persona que no mide el valor de la información que posee. Quiere demostrar que tiene poder porque dispone de esa información, pero lo cierto es que esa indiscreción demuestra que no se es digno de ese poder. Poner de manifiesto las deficiencias de otro para quedar mejor rebaja al equipo. Es un punto de vanidad que pone a quien cae en esa tentación por encima del bien del grupo, y puede conllevar un efecto boomerang. Algunas veces la indiscreción se comete de forma accidental por no ser consciente de que la información a la que accede es sensible. Se da cuando en una organización no se definen claramente los límites sobre lo que se puede decir y lo que no. La mejor forma de evitar este tipo de indiscreciones es establecer la norma de no hablar de asuntos de la empresa, fuera de ella o incluso entre compañeros que no pertenezcan al mismo departamento. En cualquier caso, revelar información estratégica o muy sensible debiera ser imperdonable. Si mediara vanidad, la persona debiera ser cada vez menos digna de confianza pasando a un estado de muerte lenta. Pero la peor indiscreción es “rajar” de un antigua empresa o colaborador. El candidato o referencia dolosa dentro de un proceso de selección nunca debiera ser catalogado como confiable.

IT´S A HARD LIVE

“It´s a hard live” es una de las grandes canciones menos conocidas de la banda de rock británica Queen. Escrita por Mercury, fue incluida en su álbum de 1984, The Works. La apertura está basada en la línea “Ridi, Pagliaccio, sul tuo amore infranto!” de “Vesti la giubba”, un aria de la ópera de Ruggero Leoncavallo, Pagliacci. La canción habla de la dificultad de enamorase y desenamorarse, de cómo alguién intenta que algo funcione pudiendo al final no tener éxito, de que no importa tanto que algo acabe como el haberlo tenido …

En nuestra vida profesional ocurre lo mismo. A veces lo intentamos, y no pasa. En ocasiones, tenemos que decir adiós. Muchas personas deciden cambiar de trabajo porque se sienten infravaloradas o poco integradas en el proyecto. En ocasiones las empresas entienden que no es el mejor momento ni lugar para un determinado trabajador/a. No pasa nada, es parte de nuestro desarrollo personal y profesional. Simpre nos quedará la experiencia adquirida y/u ofrecida. En estos casos, y salvo falta de integridad por una u otra parte, lo importante es tener claro que las relaciones laborales no acaban cuando cerramos la puerta por fuera.

NUEVE PASOS PARA UNA BUENA SALIDA

  1. Hazlo con antelación. Lo primero que debes tener en cuenta es avisar con la suficiente antelación. Las prisas no son buenas en casi nada, y en esto tampoco. Tus jefes más directos podrían interpretar que les dejas colgados, sobre todo si estabas desarrollando algunas tareas urgentes.
  2. Evalúa a quién dirigirte. En condiciones normales, hay que seguir los procedimientos y canales que existan en la empresa. Lo lógico es hablar con el jefe directo y después con el área de Recursos Humanos. Inicialmente, no es aconsejable escribir cartas, a menos que la decisión sea irrevocable. Una carta se percibe como un distanciamiento y un deseo de no dialogar.
  3. Busca buenos argumentos. Cuando uno se siente infravalorado y no encuentra sentido a su trabajo en la empresa, puede resultar difícil o engorroso dar una explicación exacta de su marcha, sobre todo si no se dispone de otra oferta de trabajo y la primera expectativa va a ser el paro. Alega razones personales y plantea que necesitas repensar tu carrera profesional. Normalmente, todos los jefes o responsables entenderán tu propuesta como una razón lógica y lícita. Seguramente también ellos lo vivieron así en el pasado. De hecho, y en función de su nivel de responsabilidad, acostumbran a buscar alternativas con la dirección para sus colaboradores. Incluso, si en la propia compañía no se puede hacer nada al respecto, pueden llegar a aconsejar diferentes vías y facilitar diversos contactos personales para ayudar a la salida del empleado. Eso sí, siempre que tengan clara la valía del candidato y que no existan otras posibilidades internas.
  4. Si la situación es ‘delicada’, te conviene ser discreto. Hay otros motivos, afortunadamente poco comunes, que llevarían a una persona a tener el deseo de marcharse: discriminación racial, política, cultural, de género, acoso sexual, etc. Puesto que estas circunstancias son delicadas y atañen a toda la empresa, y si optas por tratar de mantener la confidencialidad, la persona con quien deberías contactar inicialmente sería con el responsable de Recursos Humanos. Si el motivo viene dado por estas cuestiones, hay que plantearlo con cautela y de forma muy veraz y creíble, porque la empresa suele querer datos concretos. Por experiencia propia sé que este tema resulta muy complejo.
  5. Finaliza tus tareas en la empresa. En caso de que te sea posible, deberás comprometerte con la empresa a finalizar el proyecto o los proyectos en los que estabas implicado. Si esto resulta demasiado complicado, al menos te encargarás de poner toda la información al respecto a disposición de los que vayan a hacerse cargo, para facilitar que la continuidad se produzca sin mayores problemas.
  6. No critiques. Aunque a veces uno se tenga que morder la lengua, no es aconsejable aprovechar los últimos momentos para criticar o cargar las tintas sobre los aspectos negativos observados en el funcionamiento de la compañía o en el liderazgo de los directivos. En caso de que no podamos aguantarnos, hay que hacerlo con espíritu constructivo e indicando que creemos que se están tomando, o se pueden tomar, medidas para resolverlo.
  7. No te cierres puertas. Aunque el desánimo sea la razón principal que nos lleve a cambiar de rumbo profesional, tus proyectos deberán condicionar la forma y el momento de finiquitar el contrato. No es lo mismo que estés pensando en buscar un nuevo trabajo como asalariado que optar por establecerte como profesional independiente o constituir una empresa. Incluso puedes intentar convertirte en proveedor de tu antigua compañía. Sería una buena estrategia comercial pues, al conocer sus características y necesidades, les podrás servir mejor. De cualquier forma, nunca hagas públicas tus intenciones, antes es preciso tenerlas muy claras.
  8. Despedida personal. Una vez que está clara la decisión, despídete directamente de todas las personas con las que has tenido contacto profesional, por supuesto sin olvidarte de los directivos ajenos a tu propio departamento. Da las gracias a los compañeros por su colaboración y por todo lo aprendido, y pon tu amistad a disposición de todos ellos. Es preferible despedirse en primer lugar del jefe directo y, después, de los responsables con los que hayas tenido contacto, particularmente de aquéllos con los que has trabajado y, por supuesto, de aquéllos que te contrataron, etc. Según sea la cultura de la empresa, tienes que considerar qué personas de la alta dirección deben enterarse directamente de tu salida. Tras despedirte de estas personas conviene hacerlo de manera general. El correo electrónico puede servir para esta segunda fase.
  9. Prepárate para las ‘malas caras’. ¿Cómo debes actuar si el jefe se toma a mal tu salida de la empresa y te pide explicaciones de mala manera? Primero, has de prever esa situación tomando conciencia de que tu actitud consistirá en hablar cortésmente y sin acaloramientos. Le indicarás que comprendes su sorpresa, pero que la carrera de cada uno es algo que debe decidir uno mismo. No obstante, es conveniente agradecerle lo que has aprendido con él y decirle que siempre estarás dispuesto a mantener relaciones. Si se pone muy violento, lo mejor será no perder la calma y acortar al máximo la reunión. Al cabo de unos días, una vez enfriada la situación, llámale para disculparte por la sorpresa causada. Si no quiere ponerse al teléfono, simplemente le puedes enviar un correo electrónico indicando que hubieses querido volver a verle. Eso sí, siempre con amabilidad: lo cortés no quita lo valiente.

TE FALTA ESE NO SÉ QUÉ …

“Estimado cadidat@: tienes la actitud correcta …. las palabras bien escogidas, y una sensatez abrumadora … no es cuestión de credibilidad, ni tampoco de autenticidad, es el resultado final el que nos parece insuficiente … te falta ese no sé qué, que no sabemos lo que es, pero es lo único que importa … ¡Oh! …. Gracias por haber participado en el proceso”. La letra la pone Bunbury, pero en vez de una gran canción, “La actitud correcta”, parece más bien la respuesta automática de cualquier seleccionador cuando rechazamos un perfil.

Todos somos conscientes de la importancia de fidelizar y crear engagement entre los trabajadores de la compañía, ya que son la mejor arma de difusión y notoriedad para, por una parte, atraer talento, y por otra mejorar el Employer Branding.  Lo mismo ocurre con los candidatos. Es fundamental dejarles un buen sabor de boca e informarles en cuanto se tomen las decisiones de cuál es su situación. La mejor forma de entender este proceso es “ponerse en la piel del candidato”. No debemos olvidarnos que una persona que ha enviado su perfil a nuestra oferta es porque está interesada en trabajar con nosotros y su actitud hacia la marca es positiva. Si por el contrario, no recibe ningún tipo de respuesta ni comentarios acerca de su no inclusión para el puesto, su impresión se tornará negativa, pudiendo no solo perder excelentes candidatos para otras posibles posiciones, sino también dañando la imagen de marca.

¿Cómo comunicarse de forma humana y positiva con los candidat@s?

1- Escribe un email personalizado y humanizado

No solamente es importante comunicar al candidat@ que en esta ocasión no ha sido el elegido para el puesto trabajo, sino que también debe hacerse con una comunicación humanizada. Esto quiere decir que los emails masivos estándares que solemos enviar no son los más adecuados. El candidat@ debe darse cuenta de que hay una persona y no una máquina detrás del email de rechazo. Para ello, un buen consejo es incluir en el texto del correo datos personalizados de la persona a la que nos dirijamos.

2- Feedback

El “Feedback” , es lo que los expertos en reclutamiento y coaches definen como “alabanza, crítica, alabanza”. Esto significa que cuando estemos creando el texto a enviar, debes ofrecer datos relevantes y objetivos sobre porque esta vez la persona no ha sido seleccionada. Para ello, el orden en que utilices las expresiones será definitiva para conseguir una impresión positiva en el candidato. Pongamos un ejemplo: “Nos ha gustado mucho tu expertis, sin embargo estamos buscando a alguien con más experiencia. No dudaremos en contactar contigo de nuevo, si nos surge un puesto de estas características.” Positivo, Negativo, Positivo”.

3- Ve directo al grano y asume tu liderazgo

Los reclutadores, debemos actuar como líderes a la hora de tomar decisiones y comunicarlas, por eso no es buena idea dar rodeos, lo que puede dar lugar a confusión en los candidatos. No utilices frases como “ la empresa me ha comunicado que no eres apto para el puesto…” o “la dirección ha decidido elegir otro perfil…”. Tenemos que evitar hablar al candidato en tercera persona como si la decisión no fuera con nosotr@s. Por el contrario utiliza la primera persona. “ Hemos decidido que en esta ocasión……” o “ Me ha gustado mucho tu perfil profesional pero para este puesto específico….”

4- Cuidado con la palabra “pero”

Esta palabra utilizada tan a menudo en las conversaciones, puede cambiar completamente el sentido y percepción por parte del candidato en función de cómo la coloquemos. No es lo mismo decir: “ Me ha gustado mucho tu experiencia financiera pero echo de menos una parte comercial…”, que decir: “Para este puesto, te falta una experiencia más comercial, pero me ha encantado el trabajo que has hecho en tal Empresa…” Intentemos mediante el lenguaje, buscar la manera de transformar noticias negativas en impresiones positivas. No se trata de dorar la píldora, sino ofrecer feedback que el candidato pueda utilizar de manera construtiva para mejorar su perfil profesional.

 5- La Rapidez es la Clave

A ningun@ nos gusta perder el tiempo ni que jueguen con nuestras emociones. Sí, un proceso de selección es bastante emocional para los candidat@s, ya que la esperanza, optimismo y aceptación están en juego. Por ello, no es buena idea tener a los candidat@s esperando eternamente. En cuanto se tome la decisión o se vayan haciendo las primeras cribas, es importante comunicarle al candidat@ cuál es su situación en el proceso, ya que si ha sido rechazado y se lo comunicamos de forma constructiva, él/ella podrá seguir con su vida. Por otra parte, si pensamos que algún candidat@ es perfecto para algún departamento de la organización, aunque no lo sea para el puesto actual, debemos comunicárselo de forma directa con el fin de que siga confiando en la empresa para futuros procesos de selección.

¿DIÉSEL O GASOLINA?

El precio medio de la gasolina hoy 26 de febrero es de 1,604 euros y el del diésel de 1,494 euros. Son nueve y un céntimos más que ayer. Supone una de las mayores subidas que se recuerdan en apenas 24 horas por segunda jornada consecutiva, y se esperan mayores incrementos tras la invasión rusa en Ucrania. La gasolina sin plomo 95 y el diésel están inmersos en esta tendencia alcista desde mayo del año pasado, cuando el litro costaba, respectivamente, 1,074 y 0,981 euros tras nueve años de sucesivas caídas desde los 1,522 y los 1,445 alcanzados en septiembre de 2012.

Si bien la actul diferencia de precio entre diesel y gasolina se acorta, elegir entre un coche diésel y un coche de gasolina ha sido, y parece que seguirá siendo, una decisión crucial para la mayoría de los conductores. En los últimos años han cogido peso otras variantes como los coches eléctricos o híbridos, en todas sus formas, pero las diferencias entre un coche diésel y un coche de gasolina siguen siendo decisiva en la vida de muchos compradores. Tanto es así, que cuando desde el departamento de Recursos Humanos pormenorizamos con un manager, normalmente ingeniero, la descripción de puesto de trabajo de un proceso de selección en ciernes, es bastante común escuchar: “necesito una persona diésel más que gasolina”, o viceversa. ¿Qué significa en realidad?. Para entenderlo, tenemos que tirar de empatía. Debemos hacer un esfuerzo por estudiar y comprender el lenguaje ajeno.

Diesel o gasolina, ambas opciones son combustible: fuel. Sirven para mover un motor. En este sentido, y aprovechando la próxima visita de Metallica a España tras la pandemia, no puedo dejar pasar la oportunidad de hacer el consecuente homenaje a una canción icónica de una banda mítica:

¿Cuáles son son las principales diferencias y similitudes de los motores diésel y los motores de gasolina?. Básicamente, son dos: temperatura para activar el motor y consumo.

En relación a la temperatura, en los coches diésel, el pistón compacta el aire que ingresa a la cámara de combustión y consigue la temperatura ideal para que al entrar el carburante, explote y complete el ciclo por lo que necesita más calor para activar el motor. Por su parte, en los coches de gasolina, lo que ingresa a la cámara de combustión es una mezcla de aire y gasolina que es activada por una chispa que inicia la bujía. Es decir, el motor de gasolina, al requerir menos temperatura, combustiona más rápido. Debido a este proceso de combustión, un gasolina emite más CO2 que un diésel, en torno a un 14 % frente a un 12 %. En consecuencia, una persona gasolina, es más explosiva, apasionada, de carácter fuerte, ideal para proyectos específicos, y quizá no tanto para proyectos de larga duración. En palabras de Chris Cornell en la canción Gasoline de Audioeslave ( Soundgarden + Rage Against the Machine, “With my patience gone, someone take me far from here / Con mi paciencia ida, llévame lejos de aquí”:

Por lo que al consume se refiere, durante años los coches diésel acapararon las mayores cuotas de mercado por su consumo más bajo. No obstante, unas normativas de emisiones cada vez más restrictivas cambiaron las reglas del juego y los motores de gasolina comenzaron a igualar la partida. A pesar de ello, el incosciente colectivo sigue identificando el motor diesel a un persona lineal, pausada, constante, más proclive a trayectos de largo recorrido, con resistencia, pero sin curvas ni sobresaltos. Keith Andrew Palmer, alias Maxim Reality, cantante de Prodigy, en la canción Diesel Power, lo deja claro: “Selected mix, the man will perfect the fix / Mezcla seleccionada, el hombre perfeccionará la solución”

En mi opinión, actualmente esta diferenciación entre personas diesel y gasolina es insuficiente por inexacta. Para muestra un botón. Hoy por hoy casi todos los motores de gasolina modernos recurren al “downsizing”: motores de muy baja cilindrada, que gracias a la sobrealimentación y la inyección directa arrojan cifras de potencia similares a las de motores mucho más grandes, con consumos muy ajustados. Es común ver bloques de menos de 1,5 litros llegar (o superar) a los 150 CV, con consumos reales que bajan de los 7 l/100 km. Incluso motores de altas prestaciones con cerca de 300 CV se conforman con consumos de menos de 9 l/100 km. Vamos, que los motores gasolina actuales consumen menos o igual que los motores diesel. En consecuencia, se hace necesario ir rompiendo mitos dotándonos de un mayor conocimiento técnico en este sentido. Si desde recursos humanos nos adaptamos al lenguaje ajeno, ¿por qué no intentar que nuestro cliente interno haga lo própio?

Es claro que no todas las personas tienen el mismo comportamiento. Cada una tiene su propia personalidad, carácter, manera de trabajar, de pensar, etc., y todas debieran estar comprometidas con alcanzar su objetivo, pero actuando diferente. Los individuos en el trabajo desarrollan roles o papeles, y en un equipo cada miembro desarrolla e interpreta su papel.

Según el Dr. Meredith Belbin, un rol de equipo es nuestra particular tendencia a comportarnos, contribuir y relacionarnos socialmente. Hay que tener en cuenta y distinguir el rol que deseamos asumir, el que creemos asumir, el que los otros esperan que representemos, el que nos atribuyen y el rol que realmente asumimos. A continuación, vamos a ver los diferentes roles dentro de un equipo Belbin. Para ello nos serviremos de la siguiente tabla:

Por tanto, a la hora de formar un equipo, debemos tener claro qué necesitamos, y en función de ello, ir configurándolo. Sólo de esta manera aseguraremos el “match” respecto al proyecto.